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Decidir amar.

DECIDIR AMAR

El amor y el odio son decisiones. Uno decide amar o decide odiar. Por supuesto, que no decide odiar cuando no hay ningún mal contra si mismo, sino cuando ha recibido algún mal.  Es ahí cuando se produce la oportunidad para odiar. Y es ahí cuando uno puede decidir que hacer: odiar o amar. Nosotros siempre, siempre debemos decidir amar.
Debemos pensar: ¿podemos conseguir algo bueno odiando?, ¿lograremos conseguir justicia odiando?, ¿haremos que el que perjudica se arrepienta?, ¿tendrá un buen fin está actitud o reacción?, ¿será una solución verdaderamente?, ¿lo será en las relaciones personales o traerá más mal?.
Debemos decidir amar antes de actuar. Si vamos a querer resolver un problema no podemos tener la actitud de revancha, porque eso solo prenderá el fuego de una guerra. No solo debemos tratar de solucionar los problemas sin imponer revanchas ni resentimientos contra otros. Debemos pensar en el otro más que en nosotros mismos.
El amor es descrito de esta manera:

(1Co 13:4-6) 
El amor es sufrido,  es benigno;  el amor no tiene envidia,  el amor no es jactancioso,  no se envanece;  no hace nada indebido,  no busca lo suyo,  no se irrita,  no guarda rencor; no se goza de la injusticia,  mas se goza de la verdad.

Si pensamos en el otro más que en nosotros y decidimos amar entonces actuaremos de una manera que no hiera al prójimo. El amor no hiere. El que ama no quiere herir al que ama, sino tratarlo bien. No importa cuál sea el problema, el rencor no lo solucionará, por más que en nuestra propia justicia parezca estar justificado, el rencor no lo solucionará, sino que agregará un problema más al problema, lo acrecentará.
Recordemos:

(Jas 1:19) 
Por esto,  mis amados hermanos,  todo hombre sea pronto para oír,  tardo para hablar,  tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.

De modo que la justicia de Dios no se obra por medio de la ira, entonces el medio para hacer la justicia o solucionar lo injusto no es la ira, el enojo. Si la ira no es el medio entonces no debemos tenerla ni dejarla anidar en nuestros corazones al querer resolver un problema. Los problemas se resuelven obrando con amor, en consideración del otro, no de nosotros. Primero debemos amar, después debemos actuar. Y amar es una decisión: decidimos amar.

Si el odio no nos sirve y no va a hacer más que empeorar las cosas no debemos considerarlo, debemos desecharlo; y considerar el verdadero medio por el cual se pueden solucionar los problemas actuar con amor, promovidos por el amor, motivados por el amor.
Recordemos:

(1Co 16:14) 
Todas vuestras cosas sean hechas con amor.

Pues bien, miremos la situación, decidamos amar, y en esa situación, pensemos que vamos a hacer delante de nuestros prójimos, de nuestros hermanos para que hagamos todo para el bien de ellos y no para la venganza nuestra, lo cual es nada más que odio.
Recordemos:

(Gal 5:13) 
Porque vosotros,  hermanos,  a libertad fuisteis llamados;  solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne,  sino servíos por amor los unos a los otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple:  Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Y.

(Rom 14:13)
Así que,  ya no nos juzguemos más los unos a los otros,  sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.

(1Co 8:12) 
De esta manera,  pues,  pecando contra los hermanos e hiriendo su débil conciencia,  contra Cristo pecáis.

En este último pasaje se habla de no recibir al hermano para discutir sobre opiniones, y no juzgarlo sino decidir no ponerle tropiezo u ocasión de caer al hermano. Porque había quieres vivían por fe y hacían cosas que otros hermanos que vivían por obras consideraban pecado de modo que hacer estas cosas delante de los hermanos era poner ocasión de tropiezo y caída, porque podía inducir, por ejemplo, o por menosprecio verbal, a hacer algo que ese hermano consideraba pecado, de modo que hiriendo la conciencia del hermano hacían que este actuara en contra de aquello que estaba convencido en su propia mente. Entonces la decisión era no hacer caer al hermano, en lo que él consideraba pecado porque esto no era andar conforme al amor.

(Rom 14:14-19)
Yo sé,  y confío en el Señor Jesús,  que nada es inmundo en sí mismo;  mas para el que piensa que algo es inmundo,  para él lo es. Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado,  ya no andas conforme al amor.  No hagas que por la comida tuya se (1) pierda aquel por quien Cristo murió.
 No sea,  pues,  vituperado vuestro bien; porque el reino de Dios no es comida ni bebida,  sino justicia,  paz y gozo en el Espíritu Santo. Porque el que en esto sirve a Cristo,  agrada a Dios,  y es aprobado por los hombres.
Así que,  sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.

Sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación. El hermano está sirviendo al Señor según lo que está convencido en su propia mente, y es el Señor Jesús quién lo juzgará, no nosotros, por tanto, los que tenemos fe, y andamos por ella, debemos tenerla para con nosotros mismos para con Dios. Dios es el que hará la obra de que todos estemos unidos en una misma mente y un mismo corazón:

(Rom 15:5-7) 
Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús, para que unánimes,  a una voz,  glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. Por tanto,  recibíos los unos a los otros,  como también Cristo nos recibió,  para gloria de Dios.

(Rom 15:1-2) 
Así que,  los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles,  y no agradarnos a nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno,  para edificación.

Lo que debemos hacer es buscar la edificación de nuestros hermanos, y no vamos a llegar a la edificación por medio de la destrucción, de arruinar a nuestros hermanos que creen de una manera determinada el como servir al Señor Jesús. Destruyendo no edificaremos. Agradándolos en lo que es bueno es como los edificaremos.

Recordemos también:

(1Co 8:1) 
En cuanto a lo sacrificado a los ídolos,  sabemos que todos tenemos conocimiento.  El conocimiento envanece,  pero el amor edifica.

El amor es lo que edifica, no el conocimiento. El conocimiento envanece, nos envanece a nosotros, nos hace inútiles. Pero el amor edifica a nuestro prójimo.

Y.

(Rom 13:8) 
No debáis a nadie nada,  sino el amaros unos a otros;  porque el que ama al prójimo,  ha cumplido la ley.

Nos debemos los unos a los otros el amor. Es nuestro deber, si no lo hacemos estamos en deuda para con él; y siempre lo estaremos, es la deuda que nunca saldaremos, porque la deberemos siempre. De modo que no hay razón para odiar a nuestros hermanos, no hay razón para no amar. Amar es una decisión, y debemos decidir amar.

(1) Nota:
Comentario Vine + NT.
Pierda:
G622
apolumi (ἀπόλλυμι G622) forma intensificada de ollumi. Significa destruir totalmente; en la voz media, perecer. La idea que comunica no es la de extinción, sino de ruina; no del ser, sino del bienestar.

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La necesidad de la alimentación.

 

Los alimentos no tienen la función de aportar grasa, sino también fuerza, energía. De hecho la grasa es energía acumulada que no ha sido usada, calorías que han sido consumidas pero que no han sido gastadas, y al no ser usadas no aportan fuerza a los músculos, sino que se acumulan formando la grasa, que no es otra cosa que material de reserva, para futura conversión en fuerza.

El cuerpo humano no se compone solamente de grasa, sino también de músculos, incluso el cerebro es un músculo. Los músculos requieren fuerza y la grasa, como hemos visto es material de reserva para ser usadas luego por los músculos. Toda esta energía que proveen los alimentos, usada o no, es la que usan los músculos. De modo que si uno no se alimenta debidamente, los músculos usarán la energía acumulada en forma de grasa; y luego que ella sea gastada, si no hay alimentación, los músculos al no obtener energía de los alimentos ni del material de reserva, entonces, comenzarán a debilitarse, y no estamos hablando solamente de los músculos motores: brazos, piernas, sino también los músculos internos como el corazón y el cerebro. Todos los músculos del cuerpo necesitan alimentación y si esta no les llega o les llega a partir de un solo alimento, entonces todos los músculos del cuerpo o la mayoría empezarán a debilitarse y a actuar anormalmente, y luego a buscar desesperadamente, por medio de síntomas, el que se los alimente debidamente. Síntomas como hambre, sed, debilidad, cansancio, malestar, dolor de cabeza, empaledecimiento de la piel, pérdida de memoria, vómitos, etc., etc., etc.

Las medidas de peso son medidas relativas, que no se pueden aplicar a toda altura y a toda edad, porque no todos los cuerpos son iguales y todos los cuerpos cambian con la edad. Pretender que dos personas distintas tengan el mismo peso porque tienen la misma altura y edad, es lo mismo que pretender que dos árboles tengan el mismo peso específico por el hecho que tengan la misma altura y, tal vez, si ese fuera el caso, la misma edad. Un árbol tiene un peso específico y este es distinto al peso específico de otro árbol, por el hecho de que uno es más duro que otro. Un árbol que tarda más en crecer es, posiblemente, mucho más duro que otro árbol y por lo tanto también mucho más pesado aunque tenga la misma altura, a no ser que el otro árbol tenga gran contenido de agua, lo cual sumará peso a su peso específico; pero secados unos y otros, el árbol duro mantendrá gran parte de su peso, mientras que el árbol verde o con agua, pero secado, habrá perdido gran parte de su peso específico, y será mucho más liviano. Un pino será, aunque mucho más flaco, tan pesado como un árbol de palta, pero mucho más duro, porque es un árbol más seco y que tarda mucho más en crecer. Pero si los cortamos a los dos, el pino y el árbol de palta, y los dejamos secar; el pino conservará gran parte de su peso, pero el árbol de palta no, lo mismo pasará si utilizamos un bananero, que es pura hoja con savia, se secará y perderá su peso, y lo mismo que el árbol de palta, será muy fácil de cortar.

De la misma manera no todos los cuerpos humanos son iguales. Algunas personas tienen por naturaleza huesos gruesos y músculos redondos que pesan mucho más que otras personas y tener la misma edad y la misma altura no serán valores coherentes para determinar que deben tener el mismo peso; porque la cantidad de energía que unos necesitan y que otros necesitan serán distintas. Por tanto, la cantidad de alimento a consumir para poder mantener el cuerpo de cada una de estas personas también serán distintas. Si los gruesos, que tienen músculos redondos ingieren la misma cantidad de alimento que los flacos, que tienen músculos chatos, entonces el cuerpo de estos se verá en déficit de alimento, y empezarán a consumir grasa; y cuando esta grasa se acabe, se empezarán a debilitar y enfermar. Mientras que los flacos, con la misma cantidad de alimentos estarán alimentados y saludables. De la misma manera, una misma medida de peso no rige para todas las edades, porque todos los cuerpos cambian con la edad. Un joven pesa un peso y luego cuando es adulto su cuerpo se ensancha y pesa otro peso, comiendo lo mismo, aunque por la misma tendencia de cambio de su propio cuerpo este puede empezar a cambiar su alimentación o sus requerimientos y comenzar a demandar naturalmente otras cantidades de alimentación. A una persona que tiene músculos gruesos puede quedarle chica la medida de peso estándar; y a una persona de músculos chatos le puede quedar grande esa misma medida. Cada cuerpo tiene el peso que debe tener si recibe la alimentación suficiente que debe recibir. Y obviamente, nosotros, como rotulados por los científicos como omnívoros, comemos y debemos comer todos los alimentos; todos son necesarios, todos nos alimentan; la diferencia está en la cantidad que debemos comer ya que hay alimentos que nos aportan más energía que otros, y por tanto, a no ser que haya alguna actividad especial que lo requiera, es mejor no abusar de la comida de estos alimentos. Por tanto, nos debemos alimentar de todos los alimentos, ¿por qué?, todos nos alimentan, y no deben faltar ninguno en nuestra dieta, porque nuestro cuerpo lo necesita; pero debemos tener medida con algunos de ellos porque nos van a dar energía de más.

Aparte de esto, Dios los ha creado para alimentar nuestro cuerpo y podemos comer todos ellos, con acciones de gracias.

1Tm:4:1:4:

EMPERO el Espíritu dice manifiestamente, que en los venideros tiempos alguno apostatarán de la fe escuchando á espíritus de error y á doctrinas de demonios; que con hipocresía hablarán mentira, teniendo cauterizada la conciencia. Que prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de las viandas que Dios crió para que con hacimiento de gracias participasen de ellas los fieles, y los que han conocido la verdad. Porque todo lo que Dios crió es bueno, y nada hay que desechar, tomándose con hacimiento de gracias:

Este pasaje está encuadrado en el área religiosa y no secular. Nos habla de que personas legalistas (judaizantes) y gnósticas (Filosóficas y de orientación hacia religiones orientales), iban a venir e iban a mandar abstenerse de viandas (para unos carne de cerdo; para otros, posiblemente, cualquier vianda), en pos de una santidad espiritual que reprimiera los deseos de la carne, o físicos. Si bien no es el mismo cuadro del que estamos hablando y su objetivo es distinto, mas de índole espiritual que física; podemos poner de relevancia que todo lo que Dios creo es bueno, y nada es de desecharse; de modo que Dios creó los alimentos para que nosotros nos alimentemos con ellos, y todos son necesarios, no debemos desechar ninguno.

Ahora bien, nosotros debemos separar de nuestra mente lo que es gordura de lo que es musculatura. No podemos por causa de bajar de peso y querer no tener grasa, debilitar nuestros músculos (pensemos que también el cerebro se debilita sin alimento suficiente y debido). De modo que debemos alimentarnos de todos los alimentos y poner como objetivos tener un cuerpo fuerte, sea este más pesado de lo que pensamos o no; y poner la salud como objetivo y no el peso. Cuando tengamos un cuerpo fuerte entonces si podemos preocuparnos si tenemos grasa, y bajar el consumo de alimentos que aporten más energía; pero de ninguna manera el modo es desechar estos alimentos en forma definitiva, sino que debemos medir su consumo ya que hemos estado seguramente consumiendo de más estos alimentos.

También quiero destacar que un día solo o una fiesta no hace ningún desequilibrio a un cuerpo. No aporta ni quita a la demanda del cuerpo, como para abstenerse de comer en una fiesta o evento de amigos, todo lo contrario, apenas aporta un poco más de lo que se debería recibir en un periodo limitado como ser el de una semana. Así que: ¡diviértete!, que las fiestas no hacen nada mal, si no se abusa con vicios como ser: alcohol, o en demasiada comida (pero no mucha comida, sino demasiada comida).

La Pirámide alimenticia: Ver allbum.

 

Un sitio para ver:

http://www.iessuel.org/ccnn/flash/piramide%5B1%5D.swf

APENDICE I:

Informe 23 de agosto de 2008 19:36.

Después de poco menos de un día y medio de tratar de comer más semejantemente a la pirámide alimenticia, sin haber trabajado de jardinero en este día, solo habiendo hecho un trabajo de electricidad, y después de almorzar hacer la siesta; me he pesado en la balanza particular (estando esta calibrada) y pesé 85 kilogramos, 3 kilos menos que hace dos o tres días.

APENDICE II: Las comidas comunes no son insanas.

Las comidas que comúnmente comemos no son insanas, no se dividen en sanas y insanas, todas las comidas son sanas. Una comida es insana cuando me enferma, le quita, a la ingesta, al cuerpo la calidad de la salud. Puede ser insana una comida en mal estado, contaminada, con hongos, humedecida, pasada de fecha de vencimiento; que vengan con gérmenes. Pero las comidas en buen estado, con un estándar régimen de cocimiento, no es insana; todo lo contrario es completamente sana. Puede ser insano comer de más; pero comer una porción normal, de un alimento en buen estado, debidamente cocinada, no puede ser insano. Se está dividiendo los alimentos con azucares y grasos a diferencia de los menos grasos o no grasos como insanos y sanos y no es así; todo alimento es bueno para el cuerpo (a no ser que el cuerpo lo rechace espontáneamente), lo que puede hacer mal es comer más porciones de ese alimento que lo que se debe comer; y en todo caso lo único que obtendrá es pesadez de estomago.

Pensemos en esta palabra: ALIMENTO, todo lo que comemos es alimento; si es alimento alimenta; si alimenta hace bien al cuerpo, es necesario, lo nutre, le aporta nutrientes, vitaminas, minerales, proteínas. Casi no hay alimentos neutros, que no aporten nada; de modo que ¿cuál es la razón por la que hay que considerarlos insanos y excluirlos de la consumición normal?. Se aduce que es porque en cantidades mayores causan excesos de colesterol o forman triglicéridos; pero no son malos por eso, solamente que no hay que abusar de ellos; porque por otra parte aportan nutrientes necesarios, en una forma más rápida que los alimentos no grasos, y su consumo es necesario.

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La importancia de la familia.

 

LA IMPORTANCIA DE LA FAMILIA

 

Hay dos razones que tiene un hombre para vivir la vida, una mayor que la otra; pero o una o la otra le dan al hombre razón para vivir y seguir adelante, aunque solo una lo hace feliz, la mayor. Estas dos razones son: Dios y la familia o el matrimonio. De las dos, la mayor es Dios, la única razón suficiente en si misma y eterna; y de las dos, es la única que lo va a hacer feliz. La segunda razón y de menor importancia, la cual es importante aunque no será la razón que lo haga feliz, es la familia o el matrimonio. Es posible que un hombre o una mujer no tengan una relación con Dios, no sean nacidos de nuevo, no sean creyentes, y por lo tanto, no sean felices; pero, a pesar de eso, su familia o su matrimonio se convierta una razón para vivir y para seguir adelante, luchando y esforzándose.

Ahora, ¿qué es lo que tiene la familia o el matrimonio para que sean tan importantes que le den razón de vivir al ser humano, aunque no le hagan ser feliz?. La razón por la que la familia o el matrimonio se convierten en entidades tan importantes es que ellas son el origen primigenio de la sociedad.

La sociedad puede ser originada nuevamente a partir del matrimonio o la familia. Todas las cualidades de la sociedad, desde todos los puntos de vista: espiritual, social, político, intelectual, físico, laboral, económico, etc., se llevan a cabo en la familia, y en menor grado, por la falta de hijos, en el matrimonio. Todas las características de la sociedad yacen primigeniamente en la familia. Dios formó a todo el mundo a partir de un matrimonio, Adán y Eva; y renovó toda la humanidad a través de una familia, la familia de Noé, con su hijos más sus nueras. Mientras haya una familia la humanidad tiene futuro, no importan cuanto sea el exterminio, la humanidad seguirá adelante, porque todo lo necesario para formar una sociedad está incluido, en forma primigenia, dentro de una familia. De allí que la familia sea tan importante, porque como sea la familia también será la sociedad. Señalo esto porque que una familia esté constituida no quiere decir que funcione como tal. Debido a su importancia, y todo lo que involucra, de hecho la sociedad misma, la familia no es un ente que pueda permanecer ni funcionar sin la cohesión de sus miembros, sin que cada uno cumpla con su función y su propósito dentro de ella. Si los padres no se aman, los hijos tampoco lo harán; ¿será la televisión, Internet o la calle lo que a los hijos educarán?. Si cada uno de los cónyuges que tienen la función más importante en la familia que es formar a los hijos en todas las facetas que forman la sociedad a la que luego tienen que enfrentar, no lo hacen, si cada uno no ocupa su lugar y cumple con su rol, la familia puede estar constituida pero no funcionará como tal, como origen primigenio de la sociedad que Dios quiere gobernar, sobre la que Dios quiere reinar, porque El es origen de todas las cosas y todas las cosas son para El. Por causa de su importancia y por sus característica, la familia es un ente que requiere el involucramiento de cada uno de sus miembros en pos de cumplir con los múltiples propósitos de la familia, ya que ella tiene su proyección desarrollada en la sociedad toda, con una diferencia: el vínculo de la sociedad no es el amor ágape (el de los esposos) y el amor fileo (el de los hermanos). Al ser la familia tan multifacética como la sociedad, no puede funcionar de manera simple, dejada a su suerte, y sin el trabajo y empeño mayormente de sus miembros mayores. Hoy en día, la sociedad afuera no es más que el reflejo de la sociedad adentro, la familia. Si no ves amor en la sociedad afuera, es porque este no está en la sociedad adentro, la familia, porque si las familias funcionaran bien y cumplieran su propósito, los males de la sociedad serían solucionados por la preparación, en muchos aspectos, de la mayoría de los miembros de la sociedad, los cuales han sido bien formados por sus familias. Si la sociedad es feliz, quiere decir que las familias que la formaron fueron felices. Pero la felicidad no se logra por un efecto espontáneo e instantáneo, sino por el progresivo trabajo de la persona, o de la familia. La felicidad es un efecto de una causa debida, honrada, digna, que tuvo que recorrer un camino difícil y sacrificado para poder llegar a ser lo que es. De modo que cada uno de los cónyuges deben cumplir debidamente su rol en la familia para que esta pueda funcionar como tal y formar frutos (hijos) que formen a su vez una sociedad más feliz, con todo lo que ella involucra. Para que ellos, los hijos, formen esa sociedad más feliz, ellos mismos deben estar formados por los padres en todo lo que la sociedad involucra, y la sociedad involucra muchas cosas: capacitación, trabajo, honradez, educación, influencia espiritual, justicia, sumisión a las leyes y a las autoridades, solidaridad, etc..

La familia es como la yema de una planta. En una yema, la planta toda se encuentra comprimida. Según los estímulos que reciba la yema manifiesta una parte o otra de la planta. Si se la rodea de tierra la yema desarrollará una raíz, si se la deja libre, desarrollará una rama; si es parte de una rama, desarrollará una hoja; y si está ubicada en la punta de una rama desarrollará una flor que luego desarrollará un fruto, con semillas adentro que darán lugar a otras plantas hijas. La ciencia dice que si el flujo de savia es lento en una rama, se acumularán los nutrientes en una yema y de allí saldrá una flor; pero, si el flujo de savia de una rama es rápido, se acumularán menos nutrientes en esa yema y entonces se desarrollará una rama hija. Esto es porque, la estructura entera de toda la planta, raíces, tallos, ramas, y flores, se encuentra encerrada en una yema, y de allí puede surgir una nueva planta sin necesidad de nacer de semilla, o sea un clón. De allí la importancia de las yemas que son usadas por los viveristas para la multiplicación asexual y rápida de las plantas, con la edad misma de las plantas madres, por medio de la multiplicación artificial, a través de los clones.

De la misma manera, la familia contiene primigeniamente todas las características de la sociedad y si cada uno de sus miembros, partiendo de sus miembros mayores, cumplen con su función, formando a los hijos en todas las características que forman parte de la sociedad, entonces muchos de los problemas actuales de la sociedad serán solucionados porque muchos de ellos son simplemente el reflejo de familias donde los miembros no cumplieron su función y no prepararon a sus hijos para vivir debidamente en sociedad. La sociedad no es algo simple. La familia tampoco. Si queremos una sociedad donde todo falle, nada más miremos la sociedad de hoy en día: políticos corruptos, policías corruptos, jueces corruptos, jóvenes drogados o / y embriagados, violencia familiar, violaciones, pedofilia, programas pornográficos con la más alta audiencia; burla y descrédito de los valores familiares, falta de respeto a los maestros y maestras; y lo que es peor, los medios de comunicación imbuidos de una cultura que defiende la inmoralidad sexual, el rompimiento familiar, que dignifican el adulterio y desacreditan a los matrimonios; robos, secuestros, narcotráfico y…¡mañana puedes ser tú!. Todo esto es el resultado de las familias rotas, de familias disfuncionales, de familias unidas pero cuyos miembros no preparan a sus hijos en todas aquellas virtudes que deben tener y en todas las características que deben poseer para poder ser parte y formar una sociedad más justa y feliz.

 

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La unidad práctica de la Iglesia de Cristo.

La presente es una carta dirigida a un foro:
Querido hermano:
Mucho más que el liderazgo, el tema de la unidad de la Iglesia me impresiona mucho más, sobre todo desde el día que leí el libro «La iglesia cristiana normal» de Watchman Nee. Estoy de acuerdo con lo que expresás acerca de la búsqueda de los números y el marketing empresarial. Pero me pregunto una cosa (en forma capciosa), haciendo referencia a tu mensaje: ¿para que guardar aquello que no se puede romper?. En mi opinión la unidad espiritual (en Cristo) de la Iglesia nos debe mover a querer llevarla a la práctica; así que ya tenemos un buen fundamento, no solo real, sino también teórico y dialéctico para promover esa tarea. También pienso que el apóstol Pablo partía de una base diferente a la nuestra. En ese momento la Iglesia sí era una y no solo en el Espíritu sino también en la práctica, pero podía correr peligro de quedar dividida y por eso les reprende a los Corintios porque ellos estaban promoviendo divisiones en base a líderes como Pablo, Apolos y Cefas. Entonces, cuando solo había una Iglesia la consigna era guardar la unidad en la práctica, teniendo en cuenta los 7 factores que nombra Efesios 4. Pero hoy en día, nuestra realidad es distinta, nosotros no partimos de una Iglesia unida sino Iglesias denominacionales, plantadas por sus respectivas denominaciones, independientemente de otras Iglesias también denominacionales. Desde vamos nosotros formamos parte de una Iglesia dividida, que no se desarrolla en unidad con los otros grupos sino en forma independiente, dependiendo solo de si misma o de otras iglesias de la misma denominación. Nosotros estamos en la práctica en una situación distinta a la Iglesia del primer siglo, a la Iglesia Bíblica, porque nosotros pertenecemos desde el vamos a una Iglesia dividida. ¿Cómo vamos a guardar una unidad que en la práctica no existe? se guarda aquello que ya es, que existe, pero, en la práctica, nuestra «espiritual unidad» no existe. Nacimos a la fe en una Iglesia que fue fundada aparte del resto de las Iglesias, que tienen cito en nuestra ciudad, ¡no es una división!, ¡nunca estuvieron unidas!. En la Iglesia bíblica cada ministerio aportaba sus convertidos a la Iglesia y en una ciudad no había varias Iglesia sino solo una. Nuestras Iglesias fueron formadas por Misiones o Ministerios que en vez de aportar sus convertidos a la Iglesia del lugar, fundaron su propia Iglesia y le dieron una denominación propia de la Misión o el Ministerio, y estas iglesias se desarrollaron desde su inicio independientemente de las otras congregaciones, y se organizaron como iglesias independientes de las otras congregaciones, cuando en realidad toda la organización debería haberse hecho en relación con las otras congregaciones para que los ancianos y los diáconos de las iglesias fueran los ancianos y diáconos de la Iglesia en ese lugar. Pero cada iglesia denominacional ha eregido su propia organización, y sus propios ancianos y diáconos, y ellos no son las autoridades de toda la Iglesia en una ciudad, como en los tiempos bíblicos, sino solo de la iglesia o congregación que los reconoció o eligió como autoridades. La estructura independiente que ya está formada es la que mantiene esta división. En la Iglesia primitiva en cada ciudad había una sola Iglesia, por eso Pablo habla a «la Iglesia que está en Corinto»; y Juan recibe la orden del Señor Jesús de escribir al ángel de la Iglesia en Efeso, y a los ángeles de otras 6 Iglesias que quedan en 6 ciudades distintas. En cada ciudad había una sola iglesia, por más que se reunieran en miles de casas, siempre era la Iglesia y no «las iglesias». La unidad espiritual se llevaba espontaneamente a la práctica porque se la creía, porque no había estructura inicial sismática, y porque se exhortaba a guardar esa unidad espiritual y práctica. Al escribir esto pienso que se debería ver y prácticar el modelo bíblico y reorganizarse las iglesias en cada ciudad en base a su localidad y no a su denominación, dejando de lado la organización faccionaria actual y desarrollando conjuntamente una organización (o más debidamente dejando lugar al organismo del Cuerpo de Cristo) que ayuda a las iglesias denominacionales a ser una en cada ciudad y de allí en más podemos pensar en guardar el mandamiento de Pablo de guardar la unidad de la Iglesia, de allí en más, no antes, porque antes que hagamos estas cosas, en la práctica, la unidad no existe, por más que exista en el Espíritu. Nosotros estamos unidos en el Espíritu, somos uno en Cristo, pero eso no se puede demostrar si no adoptamos el modelo bíblico.
Querido hermano espero tu respuesta, para seguir reflexionando sobre este y otros temas relacionados con este.
Tu Hermano en Cristo, Jorge.
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La Epístola de Santiago.

 
LA EPÍSTOLA DE SANTIAGO
 
Tal vez, en el pasado, los que estudiabamos las sagradas Escrituras bajo el Nuevo Pacto, encontramos que ciertas epístolas respondían directamente a la doctrina y práctica de diversos grupos religiosos:
 
Por ejemplo:
  1. La Epístola de Romanos fue la utilizada por Lutero para fundamentar la verdad de que la justificación de Dios viene por la fe en Jesucristo y no por las obras, de modo que la salvación es por fe y no por las obras de la Ley Mosaica. Esta epístola respondía directamente a las doctrinas de la Iglesia Católica Romana.
  2. La Epístola de Gálatas responde directamente a aquellos que creen que la entrada a la vida cristiana es por fe pero la vida cristiana se vive guardando la Ley mosaica. La epístola responde directamente a los Legalistas, no tanto a aquellos que creen que la salvación se asegura por las obras de la ley además del Sacrificio expiatorio de Jesucristo en la cruz, sino a aquellos que creen que para poder vivir la vida cristiana o tener la justicia práctica de Dios, se debe vivir bajo la ley de Dios, la ley Mosaica. Como dice el apóstol Pablo: "habiendo comenzado por el Espíritu vais ahora a acabar por la carne". Ellos habían recibido el Espíritu Santo por fe, sin hacer ninguna obra, y ahora querían servir a Dios, haciendo obras, guardando la Ley Mosaica, en vez de vivir de la manera en que habían recibido el Espíritu Santo, por fe, sin las obras de la Ley Mosaica. La frase "la carne" hacía referencia a guardar ellos, por medio de la fuerza de voluntad, la Ley, cosa que únicamente Jesucristo hizo por nosotros.
  3. La epístola de Colosenses responde directamente a los Gnósticos, personas que se habían infiltrado en la Iglesia con doctrinas de hombres. Ellos enseñaban que la carne era mala, y que la salvación del hombre era llegar al estado espíritual, por medio de la muerte, cuando el espíritu humano se desliga de su carne, su cuerpo, y entra en el estado puro. Por tanto ellos no creían en que las personas debían o podían resucitar porque eso implicaría volver al cuerpo, lo cual implicaría, para ellos, volver a la corrupción. Tampoco creían que Dios podía morar en la carne, o hacerse carne, porque si Dios es puro no podía volverse contaminado ni morar en un cuerpo contaminado. Esta epístola responde directamente a los Testigos de Jehová. Pero también lo hace a todos aquellos que creen que se puede progresar en la vida espiritual por medio del ascetismo o el guardar mandamientos de hombres basados en "no usar, no tocar, no gustar".
  4. Y por último, está la epístola de Santiago, la cual responde directamente a todos aquellos que (teniendo un concepto gnóstico de la carne), tratan de espiritualizar lo material y no tomarlo como simplemente natural y verdadero, sino que mayormente obvian pensar en el cuerpo como algo al que se debe ayudar o satisfacer. Esta epístola responde a todos aquellos que tratan solamente de salvar el alma de un hombre pero no se fijan en su aspecto humano, el cual es obviado, y no tienen un ministerio de servicio al hombre completo, no solo su espíritu, sino también su psique y su cuerpo. Por eso dice Santiago: (Jms:2:15:16:) "Y si el hermano ó la hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y hartaos; pero no les diereis las cosas que son necesarias para el cuerpo: ¿qué aprovechará?"  (RVA). Aqui vemos que se servía al espíritu y no al cuerpo, el cual también necesitaba. Santiago también plantea que la fe viva es aquella que se puede mostrar, y ¿cómo se va a mostrar aquello que no se hace?, todo lo que se hace mayormente es una obra, se hace con las manos y es algo que se puede mostrar; no es una palabra que no se puede ver lo que muestra la fe de una persona sino una obra que si se puede ver; y en el contexto es una obra de amor hacia aquel que padecía necesidad, hacia el pobre. Esta epístola es la que nos dice que la palabra es para ser prácticada, no solo estudiada, comprendida y enseñada, sino para ponerla en práctica. Mi pregunta es: ¿podemos prácticar todo lo que sabemos?, tal vez sabemos demasiado y prácticamos poquisimo, porque el estudio ocupa el lugar de la práctica. La consigna es: Leerlo y hacerlo. Nosotros posiblemente estemos leyendo y…estudiandolo; de modo que nuestra fe solamente se puede expresar por medio de palabras, las cuales no se pueden ver, y no podemos mostrar a otros nuestra fe por nuestras palabras, porque la fe se muestra por medio de las obras. La predica está bien, porque dice la Escritura: "creí, por tanto hablé", pero el solamente hablar no es muestra de la fe, sino que también el amor de Cristo en nosotros debe llevarnos a poner esa fe por obra, por medio del amor, como dicen en Gálatas 5: "la fe que obra por el amor".
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La Competencia.

 

 

La competencia

¿Porque para que una persona se sienta triunfadora tiene que haber otra persona que se sienta perdedor?, ¿No pueden ganar todos?
Cuando se lleva a cabo un proyecto, todos colaboran, todos ganan, todos se sienten beneficiados, nadie pierde. La construcción es mucho mejor que la competencia. En la construcción nadie pierde. No se logra la alegría en base a la decepción del otro. La competencia es similar a la guerra donde victoria y derrota son los vocablos utilizados. En la construcción solo hay victoria o beneficio, no es necesario derrotar a nadie porque, en la mayoría de los casos no hay competidor. Y si lo hubiera, la razón de la obra es su propia perfección y su benefecio, no ganarle a otro constructor.
En la competencia los sinónimos usados son
  1. competidor,
  2. adversario,
  3. enemigo,
  4. alguien contra quién luchar.
En la construcción las expresiones usadas son
  1. colaborador,
  2. equipo,
  3. sostén.
En la construcción se valora el saber del otro.
En la competencia se menosprecia el saber del otro para sublimar el saber propio, y se compara para humillar, no para edificar porque la comparación no construye nada ni sirve para nada, a no ser que se compare para mejorar lo propio.
El constructor dice:
No me importa lo que no sepas (salvo de que tu desconocimiento sea peligroso), me importa lo que sepas, para que puedas enseñarme.
El competidor dice:
Como es que no sabías eso, eres un ignorante, ¡no sabes nada!.
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